martes, 31 de marzo de 2015

¿ VOLVERÁN LAS OSCURAS GOLONDRINAS ?

“No hay primavera sin golondrinas ni otoños (e inviernos) sin neblinas”


La sabiduría popular de los refranes, la añoranza de las rimas becquerianas, la morriña de los cantares  de Rosalía, las últimas y alarmantes estadísticas ornitológicas sobre una de las aves más populares, familiares y queridas de España, son las culpables de que este interrogante tan repetido en el tiempo, merezca título en estas Semblanzas.

Respuesta ilustrada de Iribú 
Por mi retina y mi mirada han desfilado millares y millares de esta glácil y cantora avecilla cariñosa, que tanto alegró mi niñez (v. cap. “El niño que soñaba con nidos y quería aprender a volar”) y que aún continúa reclamando  mi cariño y admiración, a la vez que aumenta mi nostalgia.

Muchos de mis lectores amantes de la naturaleza y de la ornitología conocen de memoria el dicho “una golondrina no hace verano”. Tal vez también conozcan el menos corriente : “una sola golondrina no anuncia el verano”, aplicables ambos a la recién estrenada primavera 2015, gélida y ventosa. ¿Quién no sabe que las golondrinas cuando llega San José…

-  Por San José la golondrina veré  (19 marzo)

-  Para marzo a su mitad, golondrina viene y tordo se va

-  San Raimundo trae la golondrina de otro mundo ( 17 marzo)

-  Si quieres saber cuándo es abril, la golondrina te lo vendrá
    a decir

-   A 15 de marzo da sol en la umbría y canta la golondrina
… retornan a los poblados  de la Península Ibérica, provenientes de los cuarteles de invierno africanos,  desfilando de una en una, y  que cuando regresan a los invernaderos del sur a finales de agosto lo hacen en bandadas?

¿Quién no ha vivido alguna vez  el bellísimo y singular espectáculo migratorio de las numerosas  familias de golondrinas posadas, silenciosas y reflexivas, en los cables de teléfono o del tendido eléctrico ultimando  los preparativos de su viaje de vuelta?

Pero, retornando a nuestro refranero, está demostrado que esa avecilla primera, solitaria (¿es el macho?) algunos años se anticipa y equivoca en el pronóstico y su mensaje de pregonera del verano ni tan siquiera es aplicable a la primavera.

Ejemplo elocuente el presente  marzo de este 2015: ¡el termómetro del ordenador lleva más de medio mes registrando mínimas bajo cero y máximas que no pasan de 7º u 8º, temperaturas injustas e inapropiadas  para nuestras anduriñas madrugadoras .                                                                                                                           
“ En los nidos de antaño no hay pájaros hogaño”.
Miguel de Cervantes

!Ni golodrinas! Aunque la poetisa romántica gallega pregonase en uno  de sus cantares:

“Tornó la golondrina a su viejo nido”.
Rosalía de Castro

Pero no le sobraba razón a Don Quijote, y su quejosa sentencia en su último trance podría repetirse agrandada en nuestros días: Hogaño han volado y no han vuelto – ¡ni volverán¡ - miles y millones de paseriformes: alondras, cogujadas y trigueras; jilgueros, verderones y pardillos, ¡hasta gorriones!; córvidos (cuervos, grajos y grajillas)…

Y con ellos han  desaparecido sus nidos.
  • Y no han vuelto las golondrinas que colgaban sus nidos del balcón de la amada de Gustavo Adolfo, rozando con sus alas los cristales de la ventana, y aprendiendo los nombres de los enamorados.
  • Ni tampoco han vuelto las que “tornaban a sus nidos” en los tiempos de la melancólica poetisa gallega. 
  • ¡Ni las del Guadalquivir volvieron, ni las del Saar tornaron. 
  • Ni cruzarán este año el Estrecho  un millón de las oscuras avecillas tan cantadas por poetas e idolatradas por los  románticos de todos los tiempos.  

Quienes han podido compartir y disfrutar del encanto y alegría de sus trinos, de la belleza de su estilizada figura, de las acrobacias, sorteos  zigzagueantes, de sus rasantes vuelos (la golondrina barrendera rozando el suelo y limpiando el poblado de mosquitos), de sus idas y venidas por calles y plazuelas, por las alturas del azul cielo castellano… lamentan la triste disminución de estas avecillas tan queridas y admiradas como populares.   
      
Entre las numerosas causas de este debacle figuran:
  • la despoblación rural (la golondrina busca la compañía humana)
  • la modernización de la vivienda
  • la sustitución de la rústica piedra por el ladrillo y el hormigón
  • la desaparición de la clásica chimenea de campana
  • la transformación  de los espacios rurales, albergue de los animales domésticos: corrales, tenadas, pajares, cuadras y comederos, porches, espacios oscuros con ventanucos, vigas, travesaños y muros rústicos
  • La renovación y mecanización de la agricultura, la ganadería y el pastoreo…

Ejemplos a raudales recuerdo en casa de Emma-Juan, en casa de los abuelitos en Palacios, en en la Colina de Valmiguel y en la caseta de la viña en La Bandera donde guardamos un ejemplar histórico...)
Nido en el porche de la casa de Emma y Juan - Foto Miguel Angel

Al turismo de las golondrinas también le ha llegado la crisis! Fomentada y agrandada por la falta de alimentación o cebo, por  el uso y el abuso de herbicidas, pesticidas y otros productos químicos.

Según  estadísticas del pasado 2014 en el que la golondrina fue homenajeada  como “Ave del año”, España pierde un millón de golondrinas al año (datos ofrecidos por el Servicio español de ornitología – Birdlife). En el período 1998-2013 España registra un descomunal descenso del 32% y Europa un 35% de la población de golondrinas.    

La disminución de la población de otras especies, acusada por los cazadores (de la que ya se quejaba mi adorado Delibes), como las perdices, las tórtolas y las codornices, son también palpable realidad .
Paloma turca incubando en una acacia 
rozando los cristales del salón.
Foto de AAGlez
Aunque debo confesar que es arriesgado y difícil informar o juzgar con ecuanimidad cuando manda el corazón. Mi cariño y simpatía por los pajaritos, y por las aves en general, encuentran premio y correspondencia mutua en la fidelidad de algunas especies y en la llegada de otras nuevas, la paloma, tórtola turca... Unas se van para siempre y otras (poquitas) las sustituyen. Por ejemplo, la familiar paloma-turca anidando al alcance de la mano en la acacia de Cabanillas o en el prunus del patio de Emma o en la parra de uvas a la salida de la cocina de La Colina.

“Aunque no todo el monte es orégano” ni “oro todo lo que reluce”, los amantes y defensores de aves y pajaritos hemos de soportar y padecer con frecuencia los contratiempos de sus hábitos y de su higiene. Por ejemplo, recomendamos no sentarse ni pasear bajo un nido de golondrinas en período de crianza. Fácil de reconocer por adornar el suelo con un montículo de excrementos de los polluelos.

Pero, reconozcamos y admiremos el espíritu de limpieza hogareña de los golondrinitos, tan obedientes y educaditos, llevando escrupulosamente a rajatabla el código de higiene impuesto por sus progenitores, que reza según refrán:

“Pájaro que caga en el nido no debía ser nacido”

Más no hay tiempo que no vuelva. Cada año hay primavera.

La primavera acaba de llegar y sueño que con ella retornen las tan añoradas y alegres avecillas inspiradoras de este capítulo.

Anuncio para golondrinas:
Se admiten "okupas" en el nido de La Bandera para 2015.
Foto: Miguel Angel

domingo, 15 de marzo de 2015

Algorta o la cultura del encuentro y la amistad

Finalizábamos nuestro anterior recorrido por Algorta aposentados en una calle, una casa y un piso siempre abiertos a la amistad y a la hospitalidad: Kasune 1, 3º izquierda. Todavía hoy continúan cabalgando en la memoria, Kasune arriba y abajo, un tropel de familiares y amigos, que fueron quienes dieron vida y carácter a una época. Un sinnúmero de vidas encontradas y cruzadas, de dentro y de fuera- vascos, españoles y extranjeros- que nos acompañaron durante una década haciendo sentirnos como en propia casa y convirtiendo nuestra trashumancia en cultura del encuentro y la amistad, valores universales. Ellos fueron los amanuenses de imborrables páginas de nuestra historia.

La infancia y la adolescencia de nuestras hijas mayores, la llegada de Lucila, la cercanía de la familia (Regalados y González, capítulo siguiente), las numerosas amistades por afinidades profesionales, culturales, deportivas, lúdicas, etc. convirtieron a Algorta y Villamonte, a Kasune y entorno, en lugar de magia y duende, como diría un andaluz. Algorta era, según recordé en su día, reserva codiciada de profesores y padres de alumnos de los colegios alemán y americano, con quienes tantos vínculos nos unieron.
Merecen prioridad en la siguiente nómina (por riguroso orden alfabético):

Alemania y los alemanes
"Albaabend" en casa de los Reissert
En Kasune 1 vivían los Reidinger, Ingrid y Rudi, amigos inseparables hasta hoy día, y sus sucesores los Lischka. En el 3 los Blumm (Helga y Willi). En Villaondoeta, los Osterholz y los Fiedler. Más cercanos a la estación los Riess (Wolfgang y Renate), en Usategui los Horn, en sus cercanías los Haag. Y seducidos siempre por la proximidad del mar, un largo etcétera de familias alemanas todas ellas asociadas o vinculadas por multitud de aficiones e intereses. Como centro de reuniones corales profanas y sacras, recordamos con mucho cariño al Rektor Roth, párroco de los alemanes en Algorta, organizador de reuniones y excursiones para pequeños y mayores. Y no podemos olvidar a los Reissert de Archanda y a los Reichert (Edith y Winfrid), residentes en el Colegio Alemán de Ocharcoaga por su cargo directivo. Éstos últimos a la cabeza de los leales, fieles e inseparables como testimonian los viajes a Majadahonda, Palacios o Nürnberg. Inolvidables y entrañables eran los “ALBAABEND”, curioso anagrama que de velada (Abend) Literaria de Amigos de Bilbao y Alemania.
Carnavaleando
Se trataba de una tertulia literaria mensual en torno a una obra clásica o moderna (poesía o novela elegidas democráticamente) en casa de uno de los tertulianos: media docena de matrimonios alemanes residentes en Vizcaya, liderados por Palmira y Manolo, responsables del evento. La jornada, a veces no exenta de polémica, finalizaba en torno a una tentadora mesa, habilidosamente presentada por la anfitriona de turno. El alto nivel académico de dichas reuniones desbordaba en ocasiones en festejos y jolgorios musicales, folklóricos, incluso carnavalescos.

América y los americanos
Con el primo canadiense
A la internacionalidad y cosmopolitismo de Kasune contribuyó con creces Palmira con sus amigos, compañeros y padres de alumnos del Colegio Americano de Berango. Compañeros, alumnado y sociedad, muy diferente de los diferentes grupos que retrato: más llanos y campechanos, más frívolos y espontáneos. Las madres de los alumnos, esposas de los grandes directores generales de las multinacionales de la ría bilbaína  (Dow-Unquinesa y General Electric, entre otras) limpiando y pintando las modestas barracas del colegio y colaborando activamente con el claustro en numerosas actividades. También los alumnos, simple bocadillo como comida y ejerciendo de lavacoches los festivos; ejemplo insólito en aquella rancia sociedad española clasista de marcadas diferencias sociales. En este apartado no puede faltar Victoria Bustinza, también profesora de español, amiga y compañera de Palmira. Y como Canadá también es América, mención especial merece la visita de nuestro pariente americano, Heliodoro, desde Quebec.
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Salamanca y los charro-bilbaínos
Otro círculo de inseparables compinches en nuestras correrías por tierras vascas fue el de “Los Charros”. El tirón de la cuna y la patria chica se dinamiza y visualiza en mayor escala en la distancia. Responsables de ello dos coyunturas que no debemos olvidar: la primera, la Universidad de Salamanca y la segunda, la primera de las grandes crisis que nos han cabido en suerte. Bilbao, Barcelona y Madrid tuvieron que cargar con la emigración de trabajadores y universitarios de la meseta castellana. Bilbao era en aquel entonces para los “maquetos” llegados del centro, del sur y del oeste, sinónimo de Vizcaya. Y en las márgenes del Nervión, indistintamente, aterrizaron y se amigaron charros procedentes de la universidad y del campo salmantinos. De las aulas procedían principalmente médicos y docentes, todos catalogados y custodiados por el campechanote y parsimonioso doctor Fernando Gómez Valls, charro por excelencia, a quien no se le escapaba paisano que caía por hospitales, aulas o empresas vizcaínas.
Fernando, al fondo, en reunión de charros
Del vivero de Anaya (letras y magisterio) procedía el grupo femenino dominante y organizador: tres compañeras de curso y facultad: la Tante Lola, Merche Garrido y Tony Ruano; y Palmira y Dori procedentes del rincón de La Hospedería (Normal de Maestros). Entre los varones destacaban los galenos: los Doctores Pedraz y Boyero (el primo Benjamín y su socio, con sus respectivas, la asturiana Consuelín y la vasca Charo). También de la “salmantica docet” y del entorno catedralicio llegaron a Algorta el inseparable Onkel Pepe (José Luis Sanromán), compañero de facultad, el tío Pepe (o José Regalado) de Derecho y el que estas memorias pergeña. Las reuniones, festejos y jaranas de la panda solían (¿o debían?) finalizar con cánticos y tonadas populares de la tierra, no pudiendo faltar el “himno charro”, siempre con la Tante Lola como directora de coro:
“Salamanca la blanca,
¿quién te mantiene?
Cuatro carboneritos que van y vienen.

Elisa y Juan en buena compañía
No solo del pueblo de la canción y de la capital, también de Palacios, Palacinos y cercanías acudían a la hospitalaria Algorta amigos y conocidos que moraban, curraban y progresaban en Portugalete, Baracaldo o Bilbao. Visitas y celebraciones que eran orgullosamente correspondidas: Elisa y Juan, Gripi y Manolo, Flores y Vicente, Agustina, hija del tío Farruco, doncella con el marqués de Villagodio y otras amistades más que fueron apagándose por el forzoso distanciamiento laboral, por la edad y la profesión.  

Mención muy especial merece Cele, que nos acompañó desde Alemania a Bilbao, parte integrante de nuestra familia, que continúa alegrándonos con sus visitas… y motivo de mayor satisfacción fue la llegada de mi hermano Luciano y familia.

Los amigos vascos
Actores influyentes en este largo entreacto en tierras vascas y cómplices en aventuras deportivas y musicales fueron los amigos pelotaris de Martiartu, Fadura y la Ola: Eduardo Berriatua, compañero zaguero, José Jauregi, entrañable amigo, ingeniero de Iberduero (a él debemos la luz eléctrica en La Colina de Valmiguel y comarca) y Josu Unzurrunzaga; estos dos últimos, casados con sobrinas de nuestra inolvidable Begoña Gárate. Todos ellos integrantes del cuarteto de pelotaris y amigos. La pareja Berriatua-González fue subcampeona de 3ª en el Club Martiartu 1976. ¡Imperdonable, inolvidable y dolorosísima derrota final…! ¡Con el marcador 14 -7 a nuestro favor nos quedamos 17 para 21! contra una pareja de padre e hijo adolescente.
Recuerdos de un pelotari

Insuperables la simpatía, la sonrisa, el bigote y la voz de Juanjo Zubiaga, director de la oficina del Banco de Bilbao en Algorta, miembro de un otxote, que participaba todos los años en el festival de Habaneras de Torrevieja.

Imborrable la ejemplar, fiel y super agradecida figura del vasco integral José Arteta, a quien después de jubilado arrastré hasta la universidad licenciándose en románicas y doctorándose en entusiasmo, reconocimiento y cordialidad.

La vecindad vasca de Kasune y Villaondoeta también merece figurar en esta orla: en primer término los López, los más próximos y familiares , vecinos de planta y los Escudero del segundo, cercanos a la numerosa estirpe de Echevarrías y Urías, cuna de importantes personalidades políticas vascas : Juan Echevarría a quien conocí personalmente como decano de la Facultad de Económicas de Sarrico, posteriormente secretario de estado en el gobierno de Suárez, y Margarita Uría, destacada jurista y cargo relevante en el PNV actual. Y como el mundo es un pañuelo, el hoy ancianito Juan es accidentalmente vecino cercano de la sobrina Conchita en Madrid.

Mención honorífica merece la entrañable Emi, profesora de piano de nuestras tres hijas mayores que con tanto amor las acercó a la música, a la que siguen tan vinculadas. 

La implacable y misteriosa ley del tiempo agranda la tiranía del olvido y es injusto silenciar nombres de personas y amigos que desfilaron por nuestra casa y nuestras vidas, por este Kasune que fue y continuará siendo “nuestro”, mientras Algorta prosiga viva en nuestro recuerdo.