miércoles, 7 de mayo de 2014

¡88 T A C O S! = 88 P R I M A V E R A S

Ilustración de Iribú (Irene Burgos) para su abuelo
Para los suspicaces o desconfiados que sospechan que lo de “Octogenario afortunado” sea simple recurso literario, les recomiendo lectura del presente capítulo de actualidad, dedicado en primer término a familiares y amigos que me homenajearon e hicieron feliz con su presencia y sus atenciones este 17 de abril, Jueves Santo de especialísimo cumpleaños, de radiante y verde primavera, con la colina a rebosar de perfumes, luz y color: esbeltos lirios morados, arbustos cuajados de exuberantes ramilletes de lilas, manzanos y membrillos en florida exposición. Pero agradecimiento y dedicación merecen también quienes testimoniaron telefónicamente recuerdo y cariño con su felicitación desde Inglaterra, Noruega, Alemania, Corea, Mediterráneo, Majadahonda, Madrid, Salamanca etc. Omito nombres, pues, bien saben todos ellos , que ocupan lugar favorito en mi corazón.

Disculpen unos y otros, todos mis lectores, este batiburrillo y mestizaje de churras y merinas  al trocar memorias autobiográficas en divagaciones y rechiflas socio-lingüísticas. Debo aclarar que en ésta nuestra familia priman letras, lenguas y arte sobre ciencias, técnica y economías, y que las siguientes elucubraciones son fruto de las numerosas veladas, sobremesas, cafés y tertulias familiares de la Colina, en las que no puede faltar la compañía del diccionario o la enciclopedia, ni las polémicas y divertidas disertaciones y discusiones lingüísticas: etimológicas y semánticas a la cabeza. La ocurrencia de tan llamativo título merece aclaración justificatoria. Culpable de él, entre otras razones, fue un compañero de petanca quien al enterarse de mi cumpleaños y de la desorbitada pila de años, como respuesta a su pregunta – "¿Cuántos caen?", exclamó entre irónico y admirado: - "¡Ostras! - ¡88 tacos!" -  a la que correspondí  sacando pecho y tonos de tenor: "¡y vivito y coleando". Pudiera haber continuado: "Y acercando al boliche como pocos". Callé, por no pasarme de listo y por respeto … "¡Y podando y cavando. Y cortando hierba de medio metro… ¡¡Y…blogueando!!..." ¿Alguien da más con estos años y con esta chulería?
Pero algo que no  me cuadra  y continuamente ronda mi mollera noche y día: la sinonimia de "tacos" = a años. Y cuán grande sería la sorpresa al constatar que ni nuestra RAE en su diccionario de autoridades, ni enciclopedia, Internet y glosario alguno – incluido el "Glosario de lunfardo" bonaerense, obsequio y memoria permanente de nuestros queridos platenses Kitty y Roberto - recogen en el término "taco" expresión alguna vinculada a "año". En las múltiples acepciones – ¡17 nada menos! - figuran las expresiones y significados consabidos. A continuación, algunas de las más utilizadas por el hablante de la calle: "Palabra malsonante reñida con la buena educación" ( El bieneducado bloguero no ha soltado  en su vida ni media docena de tacos. ¡Inconcebibles, por tanto, los 88 del epigrafiado!  Solamente recuerdo uno en mi largo recorrido profesional: en la Complu, un par de alumnas chuchicheaban, jijeaban y molestaban ininterrumpidamente en la última fila de una clase. Al comprobar que pasaban por alto mi primera amonestación, solté un puñetazo en la mesa acompañado de un sonoro "Ya está bien ¡C.Ñ.!", palabreja  que produjo sepulcral silencio y una ola de estupefacción en la mayoría de unos rostros que no concebían tal disonancia en la boca de su respetado profesor.

"¡Qué bien sienta soltar un taco!", titulaba al respecto el brillantísimo escritor y periodista Antonio Lucas en el magazin de un diario nacional. Y también puede sentar bien "un trago de vino" (fig. y familiar) o "un regüeldo" (l. de germanías). Asimismo otra acepción es "echar y soltar un  taco" como voto o juramento según la RAE. Muy conocidos son el "taco de billar" y el "conjunto de hojas de papel superpuestas que forman el moderno calendario de pared". No sé qué entenderán los académicos por moderno calendario de pared pues, el taco que cuelga en el rinconcito de nuestra cocina y del que el Opa quita la hojita diaria a la hora del desayuno es tan viejo como Matusalén. El Taco del Mensajero (editorial bilbaína) es hoy día una antigualla que algunos nostálgicos redescubrieron hace unos años para estar al tanto del santo del día, de las fases de la luna, salida y puesta del sol, y algún que otro chascarrillo, refranes y adivinanzas y pensamientos de grades hombres, pensadores y moralistas. Me "estoy formando tal taco", igual a "lío o embrollo" que …, ¡voto a tal!, soltando tacos me he extraviado por los cerros de Úbeda de la sinonimia, de la semántica y etimologías y ya ni me cabe en la mollera cómo diablos, taco, según la RAE, pueda proceder de "atacar".

Dejemos en paz al afortunado o disparatado título del capítulo y, si los hablantes son quienes hacen el lenguaje, bienrecibida la ocurrencia de "88 tacos" por años y, tan buena  o mejor, la genialidad de los poetas computando los años por primaveras. ¡Ojalá! que las restantes sean tan verdes, floridas y hermosas como la de este 17 de abril de 2014.
Paso los bártulos y el embrollo a nuestra ilustre ilustradora Irene que con su encanto y arte pondrá  el pertinente punto final.

PS.  Aviso para navegantes : ¡ERROR GRAVÍSIMO! ¡La guinda a la tarta cumpleañera! Según crítica informativa de una de mis supervisoras,  el diccionario de la RAE en la edición actual de 2002, 22ª, recoge en su entrada 27: "taco" m. pl. coloq.- Años de edad. Tiene 20 años. ¡Mea culpa.! ¡ Imperdonable que un colega con 88 tacos continúe usando todavía la 18ª edición de 1956! Bien es que perdón merezca por tratarse de la edición del glorioso año de su boda y su partida para Alemania.